miércoles, 20 de febrero de 2019

COMPORTAMIENTO INNATO Y APRENDIDO



COMPORTAMIENTO INNATO 

También llamado "instinto", es aquel comportamiento que no requiere de aprendizaje o experiencia previa para ser ejecutado; eso quiere decir que se nace con él, se hereda genéticamente igual que se transmite el color, el tamaño o la forma. 
Este tipo de comportamiento no tiene que ver con el ambiente en el que se desarrolla o las condiciones en las que vive y, aunque sean cambiantes, estos factores no lo influyen ni lo alteran. 

Resultado de imagen para perrosUn ejemplo de comportamiento innato en un animal como los perros, es la defensa de las crías que hace la madre. Aunque tenga confianza plena en su propietario, enseñará los dientes y gruñirá si alguien intenta arrebatarles a sus cachorrillos. La defensa del territorio, la búsqueda de alimento, la conducta sexual, las maniobras de defensa y de escape, son otros comportamientos innatos.

Algunos organismos tienen comportamientos innatos que cambian su movimiento en respuesta a un estímulo, como alta temperatura o una fuente de alimento apetecible. En la cinesis, un organismo cambia su movimiento en una forma no direccional, como sería al acelerar o desacelerar en respuesta a una señal. 

Por ejemplo:  

Las cochinillas se mueven más rápidamente en respuesta a temperaturas que son superiores o inferiores a su intervalo preferido. El movimiento es aleatorio, pero la mayor velocidad aumenta las posibilidades de que la cochinilla salga del ambiente indeseable.

COMPORTAMIENTO APRENDIDO O ADQUIRIDO 

Se denomina así al comportamiento que se aprende a lo largo de la vida. En este caso, el ambiente, la educación y las experiencias son determinantes, y puede ser cambiado a través de un aprendizaje adecuado. Se trata de un comportamiento individual, que no afecta a toda la raza. 

Por ejemplo, los perritos de la pradera suelen emitir una llamada de alarma cuando los amenaza un depredador. Al principio, emitirán esta alarma al oír pasos humanos, que indican la presencia de un animal grande y posiblemente hambriento.

Sin embargo, los perritos de la pradera se habitúan gradualmente al sonido de pisadas humanas, dado que experimenta repetidamente el sonido sin que suceda nada malo. Al final, dejan de dar la llamada de alarma en respuesta a pasos. En este ejemplo, la habituación es específica para el sonido de pisadas humanas, puesto 
que los animales todavía responden a los sonidos de posibles depredadores.

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