COMPORTAMIENTO INNATO
También llamado "instinto", es aquel
comportamiento que no requiere de aprendizaje o experiencia previa para ser
ejecutado; eso quiere decir que se nace con él, se hereda genéticamente igual
que se transmite el color, el tamaño o la forma.
Este tipo de comportamiento
no tiene que ver con el ambiente en el que se desarrolla o las condiciones en
las que vive y, aunque sean cambiantes, estos factores no lo influyen ni lo
alteran.
Un ejemplo de comportamiento innato en un animal como los perros, es
la defensa de las crías que hace la madre. Aunque tenga confianza plena en su
propietario, enseñará los dientes y gruñirá si alguien intenta arrebatarles a
sus cachorrillos. La defensa del territorio, la búsqueda de alimento, la
conducta sexual, las maniobras de defensa y de escape, son otros
comportamientos innatos.
Algunos organismos tienen comportamientos innatos
que cambian su movimiento en respuesta a un estímulo, como alta temperatura o
una fuente de alimento apetecible. En la cinesis, un organismo cambia su
movimiento en una forma no direccional, como sería al acelerar o desacelerar en
respuesta a una señal.
Por ejemplo:
Las
cochinillas se mueven más rápidamente en respuesta a temperaturas que son
superiores o inferiores a su intervalo preferido. El movimiento es aleatorio,
pero la mayor velocidad aumenta las posibilidades de que la cochinilla salga
del ambiente indeseable.
COMPORTAMIENTO APRENDIDO O ADQUIRIDO
Se
denomina así al comportamiento que se aprende a lo largo de la vida. En este caso,
el ambiente, la educación y las experiencias son determinantes, y puede ser
cambiado a través de un aprendizaje adecuado. Se trata de un comportamiento
individual, que no afecta a toda la raza.
Por ejemplo, los perritos de la pradera suelen
emitir una llamada de alarma cuando los amenaza un depredador. Al principio,
emitirán esta alarma al oír pasos humanos, que indican la presencia de un
animal grande y posiblemente hambriento.
Sin embargo, los perritos
de la pradera se habitúan gradualmente al sonido de pisadas humanas, dado que
experimenta repetidamente el sonido sin que suceda nada malo. Al final, dejan
de dar la llamada de alarma en respuesta a pasos. En este ejemplo, la
habituación es específica para el sonido de pisadas humanas, puesto
que
los animales todavía responden a los sonidos de posibles depredadores.